“Esos locos que enseñan. Yo los conozco. Los he visto muchas
veces. Son raros. Algunos salen temprano por la mañana y están en el colegio
una hora antes, otros salen del colegio una hora más tarde porque tienen
entrevistas con los padres que trabajan y no pueden acudir a otra hora, otros
recorren todos los días más de 100 Km de ida y otros tantos de vuelta. Están
locos.
En verano les dan vacaciones, pero no se desconectan del
todo, piensan en sus clases, preparan tareas para el curso siguiente. En
invierno hablan mucho, siempre llevan caramelos de miel y limón en los
bolsillos, otros con una botella de agua a su lado. Su garganta siempre está
dolorida, pero siguen enseñando, a veces fuerzan su voz, pero siguen
transmitiendo sus conocimientos con cariño e ilusión.
Yo los he visto, no están bien de la cabeza. Salen de
excursión con sus alumnos y se encargan de gestionar autorizaciones, recogida
de dinero y responsabilidad extra.
Qué será de ellos y ellas. Por la noche sueñan con el
colegio, se les aparecen planetas, ecosistemas y personajes históricos. He
escuchado que llegan cargados con cuadernillos y exámenes, que han corregido la
tarde anterior en su casa.
Son mujeres y hombres, casados, solteros,...de diferentes
edades, pero a todos les apasiona su trabajo, ver crecer a sus alumnos,
ayudarlos y conseguir de ellos ciudadanos competentes.
Los he visto muchas veces. Están mal de la cabeza. Algunos
dicen de ellos que viven muy bien, pero siempre luchan por un salario justo y
siguen trabajando incluso más que antes, algunos no miran ni su nómina porque
su pasión por la enseñanza los hace ciegos a pensar en el cobro. Disfrutan con
lo que hacen, aunque haya padres que no los valoren, les critiquen e incluso
les quiten autoridad, (a veces hasta les agreden), pero ellos siguen hacia
adelante.
Dicen que son autocríticos y que hacen balance de sus
experiencias educativas, que se frustran cuando no salen las cosas como
esperaban, que se alegran cuando sus alumnos avanzan.
Están mal de la cabeza, yo los he visto. Dicen de algunos
que fueron muy importantes, que siempre tienen palabras de aliento; dicen sólo
que son DOCENTES y que se sienten MUY ORGULLOSOS DE SERLO."
El texto es una adaptación del texto “Esos locos que corren”
del escritor uruguayo Marciano Durán.
Visto en El Blog de Oscar González
1 comentario:
Es una locura que engancha día a día y les tenemos que dar las gracias a ellos....LOS NIÑOS
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