El 8 de abril es el Día Internacional del Pueblo Gitano. Una fecha que hoy conmemoran el movimiento asociativo, las instituciones públicas y las comunidades gitanas de diferentes partes del mundo. Pero el 8 de abril es sobre todo un día en que los gitanos se hacen más visibles. Alzan la voz para mostrar su heterogeneidad y sobre todo para denunciar que siguen figurando entre los más vulnerables.
Los gitanos (700.000 en España) aspiran a la igualdad. Una
igualdad que históricamente se ha creado lentamente, y que el pueblo gitano ha
ido conquistando a menor velocidad que el resto. Sin embargo, este 8 de abril,
la comunidad gitana tiene un elemento más para avanzar más rápido: la posición
política de que es necesario hacer algo para mejorar las condiciones de vida de
la población gitana. Eso se ha traducido en que las instituciones europeas
(Comisión y Parlamento) y los 27 Estados miembros de la Unión han decidido
proteger a los más de diez millones de gitanos europeos que siguen siendo los
más excluidos y discriminados. Cada país ha aprobado sus Estrategias
Nacionales de Inclusión. Con el horizonte del año 2020 buscan mejoras en
educación, empleo, vivienda y salud. Las Estrategias son algo así como los
Objetivos del Milenio de la población gitana. Unos objetivos cuantificables
para acabar con al exclusión.
Estos son los deberes que se ha impuesto España. Reducir la
tasa de desempleo de los gitanos, igualarla a la que hoy sufre la población en
general, es decir bajar del 40 al 20%. Elevar la formación de los gitanos,
porque el 90% de los mayores de 18 años abandonó los estudios y hoy carece de
preparación. El desafío en educación pasa por aumentar el número de alumnos que
acaban Secundaria, hoy imperceptible; y reducir del 9 al 3% el analfabetismo
absoluto. Y en vivienda, erradicar de una vez por todas el chabolismo. Cada
país se ha marcado unos retos. Falta esperar que esta Europa tan preocupada en
imponerse requisitos de déficit y corsés macroeconómicos sea tan exigente con
la política social como lo es con la financiera y cumpla esos desafíos. Será
difícil si no hay una apuesta tajante por políticas comprometidas. Por eso hoy,
el día de los gitanos, es preciso reivindicar políticas más igualitarias y a
medio plazo económicamente también rentables.
Es preciso insistir en que “sí hay alternativa”. En
los programas de la Fundación Secretariado Gitano encontramos cientos de
ejemplos con nombres y apellidos que lo demuestran a diario: María Molina, una
chica gitana del programa de apoyo escolar Promociona en Cáceres participa
estos días en una reunión científica; en Lugo, un grupo de alumnos gitanos
aprenden a ser auxiliares de comercio con 80 horas de prácticas en empresas;
siete de los 16 jóvenes de la escuela taller de Madrid que se formaban para
mantenimiento de edificios han sido preseleccionados por una empresa; otros
treinta gitanos cusan este año un master en la Universidad de Navarra. Y lo más
importante es que los cambios son continuos: El programa de empleo Acceder
logra en diez años casi 40.000 contratos. Todo esto son ejemplos de que el
progreso es tangible y son la mejor manera de reivindicar una sociedad más
justa que continúe impulsando la igualdad de oportunidades.
Visto en El País
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