Con la ley vigente los estudiantes de ESO tienen tres
oportunidades. Ahora, si el alumno aprueba toda la Secundaria pero suspende la
reválida de 4° que prevé la Lomce, deberá esperar en casa hasta el siguiente
año para repetirla y conseguir el graduado.
Los centros escolares cada vez tendrán menos que decir en
las evaluaciones de los alumnos. Además de las dos reválidas
externas que los estudiantes deberán superar al final de cada etapa
(en 6° de Primaria y en 4° de la ESO), tendrán una sola oportunidad de
repetir curso en Secundaria.
La LOE (Ley Orgánica de Educación, vigente desde 2006)
contempla que los alumnos pueden repetir, como máximo, dos de los cuatro cursos
de Secundaria. Ahora, con la reforma que prepara el Gobierno, sólo tendrán una
oportunidad de repetir.
El sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid Mariano
Fernández Enguita considera que "esta forma de limitar las
repeticiones no tiene la función de evitarlas sino la de legitimar la
derivación temprana a la Formación Profesional". "Es como decir: tiene
usted una segunda oportunidad y sólo una, si no la aprovecha es que no vale
para esto", explica.
El Ministerio de Educación está negociando con las comunidades
autónomas qué hacer con los alumnos que suspendan un curso por segunda vez,
explica un portavoz.
Con la futura Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad
Educativa (Lomce), un estudiante sólo conseguirá el título de la ESO cuando
apruebe la reválida. Aunque tenga toda la Secundaria aprobada, sin el 5
como nota de la prueba externa no obtendrá el certificado ni podrá acceder
al Bachillerato o a la Formación Profesional.
Fernández Enguita denuncia que este sistema es un
"proyecto segregador" porque "adelanta lo más posible las
salidas del tronco común".
¿Qué sucede entonces con los alumnos que superen la ESO pero
no la reválida? El Ministerio responde que no podrán permanecer en el
instituto, a pesar de que tengan 15 años. Estos estudiantes no repetirán 4°
porque lo tienen aprobado, pero deberán prepararse en casa la convocatoria de
reválida del año siguiente.
Fernández Enguita considera que para evitar la repetición
hay que detectar antes las dificultades. "Cuando el acceso a un edificio
entraña cierta altura, se ponen, además de escaleras, ascensores y rampas. Es
decir, más maneras de llegar al mismo sitio, y no se limita uno a decir a
quienes tienen menos fuerzas que vuelvan a intentarlo. Tratándose de la
enseñanza común, la cuestión es esa: encontrar vías cuantitativa o
cualitaticamente distintas para llegar al mismo objetivo", concluye el
sociólogo.
Visto en Público.es
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