Con la celebración del día del libro, en el Méndez, un año
más hemos vuelto a disfrutar de la magia de la lectura en la Noche de las Mil y Una Historias ¡Y van cuatro!
El plan no puede ser más sencillo, compartir y convivir toda
la noche leyendo hasta que los ojos se nos caigan de sueño, y ooooohhh misterio
un año más se ha cumplido, pero si no te lo crees pasa y verás.
Puntuales a la cita los y las participantes van llegando al
cole, con sus pijamas y sacos de dormir a cuestas, y todo un cargamento de
ilusión, nervios y expectativas para derrochar y compartir con sus compañeros y
compañeras.
Empezamos en el hall del colegio, donde en un gran corro damos
una pincelada rápida de lo que nos dejará la noche, sabiendo que contamos sólo
una parte, ya que mantener el misterio es parte fundamental de la diversión,
rápido preparamos juntos las biblioteca, llevando allí las colchonetas desde el
gimnasio, y colocando los sacos de dormir, para a continuación compartir la
cena con las especialidades de cada casa, uhmmmm, riquísimo todo. Como siempre hubo
deliciosas sorpresas como una torta del casar, de la que sólo quedó la caja, o
la ya famosa tortilla de la madre de Hugo, que ya es un clásico y de la que
dimos buena cuenta, bueníiiisima, entre otras muchas.
Acabada la cena, recogemos, nos ponemos el pijama, nos
lavamos los dientes y a dormir… ¡¡¡Que noooooo!!! ¡¡¡a
dormir noooooo!!! Nos volvemos a juntar a la entrada de la biblioteca, para que
todos y todas relajemos los nervios y la emoción, porque… ¡la Noche de las Mil
y Una Historias, está a punto de empezar!
Vamos entrando a la biblioteca y nos ponemos alrededor de
una mesa, en la que en unos vasos encontramos la poción sin la cual la magia de
la noche no se desatará y para liberar su poder hay que beberla después de leer
y recitar juntos y a oscuras el conjuro que la activa, ¡que misterioso y divertido
todo! Leemos l conjuro, nos bebemos la poción a la voz de ¡ya! y así empieza la
noche de los libros, cada uno ocupa un lugar en las colchonetas y se entrega a
la lectura, ya sea en solitario o en grupo, compartiendo, libros, historias y compañía,
hasta que las fuerzas nos aguanten.
A media noche empezamos a compartir lecturas, historias y
cuentos que cada uno ha traído, leyéndolas en voz alta para que todos y todas
podamos escucharlas, y entre una cosa y otra, Juan nos cuenta una historia muy
inquietante y es que parece ser que el sótano del colegio se construyó sobre un
antiguo cementerio de la guerra civil, pero lo más misterioso de todo es que
cuando se construyó se encontraron las tumbas ¡pero nunca se encontraron los
cuerpos! ¿Cómo puede ser eso? Lo que casa con testimonios de antiguos
profesores y profesoras del cole que aseguran haber visto y oído cosas extrañas
cuando daban clase aquí, y aún hay más, cuando hace unos días abrieron una
zanja en el patio de la cocina para reparar una avería, se encontraron restos
de huesos en la tierra….
Después de esta misteriosa historia a la que no sabemos si
dar crédito o no, pero que nos deja con la inquietud instalada en nuestro
ánimo, salíamos en grupos de 4 acertijo en mano y a oscuras por el colegio sin
más luz que la de nuestras linternas a hacer la búsqueda de los enigmas sin
resolver del Méndez ¡¡¡que tensión!!! ¡¡¡por que es verdad!!! cuando nos
movemos de un sitio a otro del cole, se oyen ruidos y sombras de cosas pasando…
¡¡¡que luego no están!!! En cada lugar al que llegamos tenemos que buscar un
enigma que una vez resuelto nos permitirá saber cuál es el siguiente sitio al
que tenemos que ir, y que mal rollo cada vez que tenemos que pasar cerca de la
puerta que da paso al sótano, o subir escaleras de una planta a otra, y ya
tener que salir al patio, con la de puntos ciegos que hay, ¡¡¡ni te cuento!!!
Finalmente todos los grupos acabamos en la biblioteca ¡que
ganas de volver!, donde nos espera un acertijo todavía más complicado que
resolver, que nos permitirá averiguar que nos espera un gran descubrimiento en……¡¿el
sótano del cole?! ¿Estamos locos o qué?
Finalmente sacamos fuerza de flaqueza, hacemos de tripas
corazón y arropados en la fuerza y el valor que nos da el grupo nos dirigimos
juntos y de nuevo linterna en mano al sótano. Cuando llegamos a la puerta del
sótano todos nos paramos en seco, los primeros no avanzan y los últimos empujan
por miedo a no saben muy bien que. Abrimos la puerta y descubrimos una escalera
de bajada estrecha y oscura y tan larga que apenas conseguimos alumbrar el
final con nuestras linternas y lentamente empezamos a descender mientras la
oscuridad nos va engullendo, hasta que llega un momento en que la oscuridad es
total tanto por delante como por detrás del grupo, ¡que nervios! Y además ya
llevamos lo que nos parece una eternidad aquí y no hemos encontrado nada, casi
que nos volvemos ¿no? Y ya venimos más tarde, ¡pero si! hay una caja misteriosa
sobre una mesa, ¡¿que es?! ¡corre ábrela! Bueno mejor ábrela tú que a mí me da la
risa, y además necesito las dos manos para sujetar la linterna ¿?, yo no
alcanzo, mejor fulanito que está más cerca…, levantamos la tapa, no vemos nada,
hay lo que parece un papel, lo levantamos y… descubrimos un fantástico tesoro
de gominolas con el que celebrar nuestra gran aventura, ¡¡¡bien!!!
Volvemos a la biblioteca con nuestro botín, que nos endulza
lo que nos queda de noche que todavía es mucho, en la que seguimos leyendo,
riendo e incluso como si no hubiéramos tenido suficiente por hoy, escuchando
una historia de miedo del mismísimo Edgar Allan Poe que Juan le estuvo leyendo
a los mayores. Así entre historia e historia, cuento y cuento, el sueño fue
dejando caer a sus primeras víctimas, venciendo la resistencia y las fuerzas de
los últimos a las 4:30 h de la mañana, dejándonos todavía unas horas para soñar
con la magia que habíamos vivido durante la noche.
Ya por la mañana y todavía con el recuerdo fresco en
nuestras mentes de los momentos compartidos hemos recogido juntos y desayunado
con todas las familias que nos han traído un riquísimo desayuno y venían
deseosas de conocer hasta el último detalle de las experiencias y los momentos
que nos había dejado la noche en el Méndez.
Todavía antes de despedirnos, hemos podido compartir por
escrito nuestras experiencias en el libro de las Mil y Una Historias, para que
el recuerdo de lo vivido y lo compartido no quede en el olvido.
Y colorín, colorado, esta historia me ha…¡¡ENCANTADO!!
1 comentario:
Que afortunada me siento de haber estado y haberlo vivido, y además de tener la posibilidad de revivirlo una y otra vez gracias al reportero más dicharachero del mundo entero.
Muchas gracias Nino, hoy te quiero un poquito mas ;)
Virginia
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